BESALÚ

CONDES, PIEDRAS Y SANTOS
Girona

El pueblo gerundense de Besalú tiene un extraordinario patrimonio medieval en sus calles, un buen número de culturas en su historia y una espada encantada en su leyenda. Con mucho menos han logrado otros lugares una fama mayor.

Vista aérea de la ciudad © viamagicae

La zona, de eso no hay duda, atrajo a los pobladores desde muy antiguo. Aquí hubo un asentamiento ibérico varios siglos antes de Cristo, y un núcleo de cierta importancia en la época romana del que dan fe los restos de la villa de Can Ring. Pero el Besalú por el que podemos pasear hoy no arranca verdaderamente hasta los tiempos medievales.

 

Los francos, que temían que el poderío musulmán avanzase hacia el norte, ocuparon la región a finales del siglo VIII. Andando el tiempo, Besalú acabó convirtiéndose en condado independiente, y sobre uno de aquellos condes, Bernat I, nació el relato legendario. Se contaba que durante una batalla contra los árabes, san Martín había entregado al noble una espada mágica capaz de rebanar el hierro. A Bernat le quedó el sobrenombre de Tallaferro, y bajo su mando se expandió el condado y creció una villa que ganó importancia gracias a su mercado, al que acudían todos los negociantes de la comarca.

Puente de origen medieval © viamagicae

Así que la guerra y el comercio le dieron al lugar una parte de su identidad. La otra llegaría de la Iglesia y de una comunidad judía que permaneció aquí durante largos siglos. El magnífico conjunto histórico de la villa incluye tanto los restos de la colegiata de Santa María, en cuyo emplazamiento existió antes un castillo, como los vestigios de una sinagoga y unos baños judíos. El espacio que acoge esos baños, la ‘mikvé’, estaba concebido para los rituales purificadores del judaísmo, y parece probable que este de Besalú se remonte al siglo XII. Toda una rareza.

 

También está aquí el monasterio de san Pedro, al que llegaban numerosos peregrinos atraídos por las reliquias de san Primo y san Feliciano. Los abades benedictinos de este lugar dirigieron la población tras desaparecer el condado, y la misma orden se encargó del hospital de San Julián, que acogía a los caminantes llegados para venerar los despojos de los santos.

Vista aérea de la ciudad © viamagicae

Pero no acaba ahí el esplendor arquitectónico del Besalú medieval. También hay que visitar la románica y hermosa iglesia de San Vicente, y un puente construido hace un millar de años. Por desgracia, las sacudidas de la historia lo arruinaron tantas veces que lo que hoy se puede ver es resultado de sus sucesivas reconstrucciones, aunque no deja de resultar impresionante. Al parecer, se emplearon en él piedras que en su día pertenecieron a la colegiata de Santa María..

 

Tampoco faltan en el pueblo muestras de arquitectura medieval civil tan notables como la Casa Cornellá o la Curia Real, pero el de esta villa es uno de esos casos en que el conjunto supera en mucho a la suma de sus partes. Un escenario traído desde el corazón de la Edad Media para los ojos del siglo XXI.

Monasterio de Sant Pere de Besalú © viamagicae

Leones en la fachada del monasterio © viamagicae

Puerta e interior de la iglesia de Sant Pere © viamagicae

Capiteles de Sant Pere y San Vicente © viamagicae

Lápidas en el monasterio de Sant Pere de Bellas © viamagicae

Exteriores de la ciudad © viamagicae