COCA

PIEDRAS ROMANAS, LADRILLOS MUDÉJARES
Segovia

La antiquísima Cauca, que Roma conquistó, permanece en tierras segovianas rodeada de pinares y mostrando con orgullo los pedazos de su pasado. Ninguno de ellos tiene la fama de un castillo que hoy resulta tan espectacular como extraño.

Vista aérea del castillo de Coca © viamagicae

Coca guarda vestigios de tiempos muy remotos, como los verracos celtibéricos de granito o los restos de una enorme muralla de la que hablan los textos latinos. Pero Roma fue capaz de superar aquellas defensas y dio otro rumbo a la historia de la población. Tan importante llegó a ser la Cauca romanizada que incluso daría al imperio el último de los césares que gobernaron el Oriente y el Occidente, Teodosio el Grande.

 

Como otras, la ilustre villa se apagó durante la primera Edad Media y renació después como enclave reconquistado y repoblado. Tras pasar por varias manos, terminó cayendo en las de la familia Fonseca cuando el Medievo ya estaba en las últimas. Es por eso que varios de los miembros del linaje están enterrados en la iglesia gótica de Santa María la Mayor, y que sus majestuosos sepulcros de mármol forman parte del recorrido de cualquier visitante.

Castillo de Coca, vista lateral © viamagicae

Los Fonseca construyeron el castillo en la segunda mitad del siglo XV. Una mole impactante, más horizontal que vertical, más de ladrillo que de piedra y con un aspecto más fantasioso que guerrero. Se debió esto último a la imaginación de los maestros mudéjares que dejaron su sello en los ornamentos del interior y el exterior del edificio.

 

El bastión tuvo una vida accidentada y soportó asedios y ataques, pero ninguno tan famoso como el del marqués del Cenete. Cual caballero andante, el noble asaltó la fortaleza para liberar a su amada María de Fonseca, cuya familia no aprobaba el casamiento y la retenía entre aquellos muros. El intento de rescate no acabó bien, pero sí la historia de amor, pues la pareja lograría casarse contra viento y marea, y con María desheredada para darle un toque aún más folletinesco al relato.

Castillo de Coca, entrada principal © viamagicae

De aquellos y de muchos otros avatares salió maltrecho el monumento, y las tropas napoleónicas terminaron de arruinarlo cuando invadieron la villa, largo tiempo después. Lo que hoy se puede ver es, en buena parte, el resultado de una rigurosa restauración realizada en el siglo XX.

 

Pero no solo del castillo vive quien visita Coca. De la muralla medieval, levantada sobre el muro romano y el aún más antiguo celtíbero, continúa en pie un buen tramo que incluye una de las puertas de acceso a la ciudad. Tan en pie como la torre mudéjar de San Nicolás, erigida en el siglo XII con un templo que no ha llegado hasta nosotros. Sí han llegado, en cambio, las ruinas de una construcción mucho más distante en el tiempo: una obra romana, de función desconocida, que sirve para recordarnos que esta población cuenta su edad por milenios.

Castillo de Coca, fachada sur © viamagicae

Almenas © viamagicae

Interior del castillo, figuras ornamentadas © viamagicae

Interior del castillo [1] © viamagicae

Torre mudéjar de San Nicolás © viamagicae

Tramo de muralla medieval, puerta de la Villa  © viamagicae