CASTILLO DE CASTRO CALDELAS

LA ATALAYA DE LOS CONDES
Castro Caldelas – Ourense

En la Ribeira Sacra abundan las iglesias, los monasterios y las ermitas, pero no los castillos. La soberbia fortificación que domina la villa de Castro Caldelas resulta casi una rareza en la zona.

Castillo de Castro Caldelas: exterior © viamagicae

El nombre de la localidad parece revelar la existencia de un castro anterior a la llegada de las legiones. Con la romanización, en cualquier caso, se estableció aquí un campamento militar para proteger una de las principales vías de comunicación del imperio. Quedaban todavía muchos siglos para que se desarrollase en el lugar la próspera población medieval y para que sobre su cerro emergiera el hoy famoso castillo.

Será alrededor de 1336 cuando Pedro Fernández de Castro, señor de Lemos, ordene construir la fortaleza que controle desde esta colina los territorios que el rey le ha cedido, pero el bastión acabará medio arrasado tras los feroces ataques irmandiños del siglo siguiente. Pasada la tormenta, el conde Pedro Álvarez Osorio impone a la población tributos abusivos para rehacer lo derribado, y las cosas acaban en un pleito entre señor y vecinos que finalmente resuelve la audiencia de Valladolid.

Castillo de Castro Caldelas: exterior [1] © viamagicae

La reconstrucción, de cualquier modo, termina en 1560. Pero lo que hay ahora ya no es tanto un austero baluarte defensivo como un palacio renacentista destinado a un tipo diferente de nobleza. Se abren ventanas con parladoiros, se añade un gran salón para que los aristócratas disfruten de sus fiestas y se disponen altos corredores para los paseos. Y así, el original sabor guerrero del edificio queda suavizado por su nueva función residencial.

Mucho más adelante, la resistencia de la población frente a las tropas francesas en la Guerra de la Independencia le a costar cara. Villa y castillo acaban en llamas como represalia por la oposición guerrillera en la zona, y los daños causados por el fuego son terribles. Para entonces, el señorío de Lemos ha pasado a formar parte de la casa de Alba, que, ya a finales del siglo XX, lo cederá al ayuntamiento.

Castillo de Castro Caldelas: exterior [2] © viamagicae

En las piedras de la fortaleza continúan varias de las muchas marcas dejadas por la historia. Desde la letra griega tau, que los condes de Lemos adoptaron como símbolo y talismán, hasta conchas de peregrino que apuntan a una vinculación con el Camino de Santiago. También aparecen estrellas de cinco puntas que parecen dar fe de la población judía del lugar. Además, el escudo de los Osorio se une a las armas de los Enríquez y los Castro como testimonio de los linajes que dominaron desde esta atalaya las tierras de Caldelas.

Visitar el castillo de Castro Caldelas no deja de ser un viaje de vuelta a la Edad Media. Con obras posteriores y todo, la fortaleza sigue provocando esa genuina impresión medieval gracias a su patio de armas, su pozo para resistir los asedios, su doble muralla almenada, sus saeteras y sus torres. También gracias a las leyendas que se cuentan acerca de sus piedras. Según una de ellas, un pasadizo que unía este castillo con el de Quiroga era lugar de encuentro de dos enamorados, cuyos padres, señores de uno y otro lugar, estaban enemistados. Enterado de la relación, uno de ellos decidió taponar el túnel por ambos lados, y los amantes quedaron atrapados para siempre…

Castillo de Castro Caldelas: torre © viamagicae

Castillo de Castro Caldelas: torre [1] © viamagicae

Castillo de Castro Caldelas: patio de armas © viamagicae

Castillo de Castro Caldelas: patio de armas [2] © viamagicae

Castillo de Castro Caldelas: patio de armas [3] © viamagicae

Castillo de Castro Caldelas: muralla © viamagicae

Castillo de Castro Caldelas: muralla [2] © viamagicae

Castillo de Castro Caldelas: interior © viamagicae

Castillo de Castro Caldelas: interior © viamagicae

Castillo de Castro Caldelas: interior [2] © viamagicae

Castillo de Castro Caldelas: interior [3] © viamagicae

Castillo de Castro Caldelas: interior [4] © viamagicae