FORTALEZA DE SAN PAIO DE NARLA

Friol – Lugo

Se tiene constancia documental de que en el siglo XIV ya existía la fortaleza de San Paio de Narla, y parece probable que su construcción se remontase al XIII, o incluso al XII. Pero cuando esos tiempos medievales se acercaban a su fin, una grave situación social generada por el hambre, las pestes y el despótico comportamiento de los linajes poderosos, acabó desembocando en la gran Revuelta Irmandiña.

Vista aérea de San Paio de Narla © viamagicae

La mayoría de los castillos gallegos fueron arrasados entonces, y el de Narla, en Friol, no estuvo entre las excepciones. El primitivo edificio quedó devastado, pero en los siglos XVI y XVII se reconstruyó y a esas épocas corresponde, básicamente, lo que hoy existe. Algunos elementos fueron añadidos en períodos más recientes.

La Torre de Xiá, como también es conocida la fortaleza, estuvo en tiempos vinculada a la estirpe de los Seixas, y en el XVIII pasó a poder de los Campomanes. Más tarde perteneció a los Novo, quienes la vendieron a un nuevo propietario que, al parecer, tenía intención de desmantelarla y reutilizar su piedra. Pero la Diputación Provincial de Lugo la salvó de la demolición adquiriéndola en 1939. En 1983, después de varias décadas sin un uso concreto, se convertía en museo etnográfico e histórico.

En la actualidad continúa siendo una construcción imponente que domina el entorno boscoso desde una pequeña elevación, y en la que destaca, sobre todo, una torre cuadrangular y almenada que está unida al cuerpo principal. Separada de este hay también una capilla del siglo XVIII.

Vista exterior de San Paio de Narla © viamagicae

El interior guarda una interesante colección de piezas que abarca desde los oficios tradicionales gallegos hasta el armamento de los siglos XVII y XVIII. Al tiempo que se van recorriendo el patio, las bodegas, las cuadras, los salones y las dependencias de la torre, se pueden contemplar antiguos aperos de labranza, camas de época, una silla de mano, una sorprendente colección de espuelas o un no menos curioso conjunto de sillas de montar.

En la cocina, al lado del mobiliario tradicional gallego, se encuentra una gran lareira a cuyo calor se habrán contado no pocas historias, y en un salón de sabor señorial se exponen muestras de orfebrería y piezas religiosas junto a una chimenea con ornamentos renacentistas. Sucesivas estancias exhiben útiles de trabajo, quinqués, palmatorias, tinteros, bastones, muebles barrocos y objetos diversos con los que evocar otros tiempos.

Lareira en San Paio de Narla © viamagicae

Cocina en San Paio de Narla © viamagicae

En la torre de la fortaleza espera el museo de armas, que contiene una de las piezas más singulares y llamativas de todas las expuestas. Porque además de sables, dagas, machetes cubanos y filipinos, pistolas, cañones, fusiles y hasta un viejo calabozo con sus grilletes, aquí se conserva una impactante armadura de guerrero samurái. Algo que difícilmente se podría esperar en un museo etnográfico gallego, y más si tenemos en cuenta que las piezas de ese tipo son muy escasas en todo el territorio español.

La explicación tiene nombre: Juan López Suárez, también conocido como Xan de Forcados. Un médico y filántropo nacido en O Saviñao que coleccionó toda clase de objetos y mantuvo infinidad de contactos en los círculos del arte y las antigüedades. Parece posible que la armadura hubiese sido comprada en tierras alemanas, pero en cualquier caso acabó cedida por López Suárez al museo provincial en 1942 y hoy está aquí, presidiendo una de las plantas de la torre de San Paio de Narla.

Dormitorio en San Paio de Narla © viamagicae

En el piso más alto de la fortificación se recrea un antiguo dormitorio con mobiliario barroco y dominado por la chimenea renacentista que Vasco das Seixas ordenó construir en el siglo XVI, cuando el edificio se rehacía. Son precisamente esa época y ese personaje los protagonistas de una famosa leyenda que parece haber sido creada para mostrar la crueldad de los señores feudales de la Galicia secular.

Se dice que doña Catalina, esposa de Vasco, era una mujer virtuosa y preocupada por los vasallos que tan mal trataba su marido. Y se dice también que este empezó a sentir odio y desprecio por su mujer. Primero quiso desacreditarla con acusaciones de adulterio, después intentó envenenarla, y finalmente la asesinó hundiendo varias veces un puñal en su pecho.

Mientras Vasco huía a Portugal, el cuerpo de Catalina quedó en la torre del castillo esperando la llegada de su padre. Este, con su hija ya sepultada en el monasterio de Sobrado, exigió una investigación que requería desenterrar el cadáver. A pesar de que habían transcurrido varias semanas, se descubrió que el cuerpo permanecía fresco e incorrupto, y cuando se apartaron las manos que cubrían la herida del pecho, empezó a manar sangre tibia como si el crimen acabara de cometerse.

Aquel suceso milagroso fue tenido como prueba de la santidad de Catalina, y su marido acabaría sus días poco después, en tierras portuguesas, a causa de una estocada mortal recibida en una reyerta entre hidalgos.

San Paio de Narla: torre © viamagicae

San Paio de Narla: torre [2] © viamagicae

San Paio de Narla: interior © viamagicae