SAN JUAN DE GAZTELUGATXE

EL ISLOTE DEL SANTO
Bizkaia

Gaztelugatxe es un escarpado y espectacular peñón metido en las aguas del Cantábrico vizcaíno. Está unido a tierra firme por un viejo puente, coronado por una ermita, amparado por una virgen sumergida y ensimismado en sus recuerdos de piratas, monjes, brujas y guerreros..

Islote de Gaztelugatxe © viamagicae

Quizá Francis Drake atacó el lugar a finales del siglo XVI, pero hay menos dudas de que lo hicieron los corsarios hugonotes de La Rochelle, quienes incendiaron y saquearon la costa, arrasando Gaztelugatxe y despeñando, según se dice, al ermitaño que allí habitaba. No sería ese el último infortunio del enclave, atacado por los soldados ingleses en el XVIII e incendiado y golpeado por la calamidad en tantas ocasiones que la ermita tuvo que ser reconstruida por completo a finales del XIX.

 

Quizá, también, la Inquisición actuó con especial severidad por estos lares, y en las cuevas del peñón fueron encerrados, como se cuenta, algunos de los acusados de brujería por el temible Santo Oficio.

Islote de Gaztelugatxe [1] © viamagicae

La supervivencia del lugar a los avatares de la historia posiblemente se explique por la condición sagrada y benefactora que se le ha otorgado siempre. Dice la leyenda que San Juan Bautista, a quien está dedicada la pequeña iglesia, llegó a poner aquí los pies, y dice además que varias de sus zancadas quedaron marcadas sobre los peñascos. A las huellas del santo se les atribuyen propiedades milagrosas, y también a la campana de la ermita, que la tradición aconseja tocar tres veces para atraer la buena suerte y lograr que se cumplan los deseos.

A todas esas fuerzas benignas no han dejado de rogar los marineros de la zona, siempre expuestos a los caprichos de olas y tempestades. En la ermita, así, han ido acumulándose exvotos que numerosos hombres del mar fueron dejando como agradecimiento por no haber sido tragados por las aguas en algún naufragio.

Islote de Gaztelugatxe [2] © viamagicae

Como para añadir mayor carga simbólica a San Juan de Gaztelugatxe, una figura de la Virgen de Begoña fue sumergida en 1963 a diez metros de profundidad. La imagen submarina ha recibido desde entonces las ofrendas de los pescadores y pasado a formar parte de la historia del lugar. Un lugar que ahora guardan un santo, en lo más alto, y una virgen, en lo más hondo.

Un puente de piedra da acceso a la ermita © viamagicae

Estación del Viacrucis © viamagicae

Vista desde lo alto del peñón © viamagicae

Las escaleras de acceso cuentan con unos 240 escalones © viamagicae

Escalinata y puente © viamagicae

Vistas sobre los acantilados en el Cantábrico © viamagicae