SEGÓBRIGA

Saelices – Cuenca

Siempre resulta impresionante caminar entre los vestigios de lo que un día fue el colosal imperio romano, y las ruinas de Segóbriga, en la provincia de Cuenca, ofrecen una soberbia oportunidad para hacerlo. Aquí se asentó una antiquísima población de origen celtíbero que, una vez romanizada, conoció el esplendor durante los siglos I y II de nuestra era.

El mismo topónimo parece venir de dos términos celtíberos, sego y briga, que significan, respectivamente, victoria y ciudad. Así que el primitivo asentamiento prerromano, probablemente un castro, habría sido bautizado como Ciudad Victoriosa, un nombre que no le sirvió para frenar a las legiones en cuanto se presentaron con sus espadas y sus estandartes. El oppidum que aquí existió sería finalmente devastado en el siglo I antes de Cristo, durante un enfrentamiento bélico conocido como Guerras de Sertorio.

Vista aérea de la ciudad de Segóbriga © viamagicae

La Segóbriga que renace del desastre ya es enteramente romana, y asciende poco a poco hasta alcanzar, en tiempos del emperador Augusto, la condición de municipio. Ahora está libre del pago de tributos a Roma, puede acuñar su propia moneda y acumula riquezas gracias al lapis specularis, un valioso material translúcido que se extrae de las profundidades de la tierra y tiene, en esta región, una particular calidad. Tanta, que incluso en Roma, Pompeya y Herculano se hallarán, dos milenios más tarde, restos de ese mineral traído desde la lejana Hispania.

La prosperidad económica se tenía que convertir, según la costumbre romana, en grandiosidad monumental. Así que Segóbriga se embellece con edificios públicos como el anfiteatro, las termas, el circo y el teatro, construye un acueducto y levanta un espléndido foro sembrado de estatuas marmóreas. Entre el siglo I y II es una ciudad radiante y orgullosa, aunque no tardará mucho en empezar un lento declive. Si bien parece mantener cierto brillo durante el siglo III, en el siguiente ya son evidentes su decadencia y abandono.

Segóbrigo: anfiteatro © viamagicae

Aún le queda una vida a la vieja e ilustre Segóbriga. El desmoronamiento del imperio va seguido de la ascensión de los visigodos, que ocupan el lugar, construyen basílicas y vuelven a utilizar la necrópolis romana. Parece una oportunidad para que la población permanezca agarrada al curso de la historia, pero la invasión musulmana le va a dar el golpe de gracia. Las clases gobernantes huyen hacia el norte y las venerables piedras de Segóbriga quedan abandonadas y van enterrándose, poco a poco, en el olvido. Mucho más adelante, con la tierra de nuevo en manos cristianas, algunas de esas piedras serán usadas en varias construcciones de las cercanías.

Habrá que esperar al Renacimiento para que el médico y humanista Luis de Lucena visite el lugar y llame la atención sobre sus ruinas, que tiempo más tarde, ya en el Siglo de las Luces, se empezarán por fin a excavar.

Hoy, a unos ochenta kilómetros de la ciudad de Cuenca, se levantan los restos de aquellos edificios que fueron concebidos para durar eternamente. Pero además del teatro, que todavía acoge representaciones, de las termas, del anfiteatro y de las demás maravillas romanas, queda una necrópolis celtíbera y una basílica visigoda en la que fueron enterrados dos obispos cuando empezaba la brumosa Edad Media. No parecen pocos motivos para acercarse hasta aquí, ¿verdad?

Segóbriga: anfiteatro [1]© viamagicae

Segóbriga: anfiteatro [2] © viamagicae

Segóbriga: anfiteatro [3] © viamagicae

Segóbriga: anfiteatro [4] © viamagicae

Segóbriga: inscripción © viamagicae

Segóbriga: santuario de Diana © viamagicae

Segóbriga: mosaico hallado en casa del procurador de las minas © viamagicae

Segóbriga: taquillas en las termas © viamagicae

Segóbriga: estela de la esclava Lucunda © viamagicae

Segóbriga: calle de la ciudad © viamagicae

Segóbriga: estatuas © viamagicae

Criptopórtico © viamagicae

Segóbriga: foro © viamagicae

Segóbriga: foro [1] © viamagicae

Segóbriga: foro [2] © viamagicae

Segóbriga: teatro © viamagicae

Segóbriga: teatro [1] © viamagicae

Segóbriga: teatro [2] © viamagicae

Segóbriga: teatro [3] © viamagicae

Segóbriga: necrópolis y teatro © viamagicae