URUEÑA

MURALLAS ALREDEDOR DE LOS LIBROS
Valladolid

El pueblo vallisoletano de Urueña no es común desde ningún punto de vista. Por sus majestuosas murallas medievales, por su templo de estilo lombardo y también por una vocación bibliófila que la ha llevado a contar con más librerías que bares.

Vista aérea de Urueña © viamagicae

Muy lejos quedan los tiempos en que Roma decidió levantar un ‘oppidum’ aquí, en mitad de la meseta castellana. Un lugar que, tras su abandono, volvería a la vida en el Medievo, con la edificación de varios monasterios, las correspondientes luchas entre nobles, la llegada del románico y el brote de los castillos y las leyendas.

Por supuesto, la ciudad acabaría encerrada en unas murallas, pero antes, hacia 1060, el rey Fernando I ordenó levantar una fortaleza de la que hoy quedan únicamente muros exteriores e historias que narran lo que dentro sucedió. Una recuerda que el castillo de Urueña fue refugio de los amores que Pedro I, el Cruel para unos y el Justiciero para otros, mantuvo con su adorada María de Padilla. Otra, las desdichas del conde Pedro Vélez, que fue pillado en postura poco decorosa con la prima del rey Sancho y condenado por este a pudrirse en una mazmorra y a que, cada pocos meses, le fuese arrancado un miembro.

Sobre el triste destino del conde se compuso un romance de los que se cantaban en las ferias medievales, y a aquellos tiempos casi se puede volver paseando por el adarve del recinto amurallado, original del siglo XII y conservado en gran parte gracias a las restauraciones. Desde lo alto de la fortificación, que mantiene dos de sus viejas puertas, se contempla además un paisaje muy singular salpicado de pueblecitos y palomares.

Vista aérea de Urueña [2] © viamagicae

Pero hay mucho más dentro de la pequeña e histórica villa de Urueña. Por ejemplo, la iglesia renacentista de Santa María del Azogue, que en realidad es el último de varios templos levantados a lo largo de los siglos en un mismo lugar. Tan atrás se remontan las primeras construcciones que parece probable que bajo ese suelo esté la cripta en la que eran enterrados los caballeros de la antiquísima orden militar de Calatrava.

Todo ese pasado y toda esa atmósfera retenida en su casco urbano hacen de este pueblo un lugar inspirador; un lugar que estaba llamado a convertirse en Villa del libro, la primera de España, y a proteger con sus murallas una decena de librerías especializadas (en cine, en caligrafías, en arte, en vinos, en libros descatalogados) para felicidad de los amantes de la letra impresa.

Vista aérea de Urueña [3] © viamagicae

Y aún hay otra visita inexcusable que hacer fuera del casco amurallado, porque Nuestra Señora de la Anunciada, toda una singularidad arquitectónica, espera en un valle cercano. Tuvo su origen en un monasterio dedicado a San Pedro, cuya primitiva iglesia fue sustituida en el siglo XII por la hermosísima ermita que ha llegado a nuestros días. La rareza del templo viene de su románico de estilo lombardo, una tendencia proveniente de Italia que se asentó en las regiones pirenaicas de Cataluña y Aragón, pero penetró muy levemente en otras zonas de la península. La ermita cobija la talla, también medieval, de la Anunciada, patrona de la localidad, y desde ella se puede contemplar la soberbia estampa de las murallas de Urueña. Ese pueblo castellano que no llega a doscientos habitantes cuajado de librerías, museos y belleza.

Vista aérea de Urueña [4] © viamagicae

Vista aérea de Urueña [5] © viamagicae

Vista aérea de Urueña, puerta de la villa  © viamagicae

Vista aérea de Urueña, puerta de la villa [2] © viamagicae

Subida al adarve de la muralla © viamagicae

Iglesia de Santa María del Azogue © viamagicae

Iglesia de Santa María del Azogue [2] © viamagicae

Mural © viamagicae

Librería © viamagicae

Puerta del Azogue © viamagicae

Vistas desde la muralla © viamagicae

Rebaño de ovejas © viamagicae

Ermita de la anunciada © viamagicae

Ermita de la anunciada [2] © viamagicae

Ermita de la anunciada [3] © viamagicae