La primera construcción es el Palacio de los Brizuela, una residencia fortificada que fue erigida durante el Renacimiento por ese linaje, entonces muy próximo a los círculos del poder castellano. Las dos torres cuadrangulares del palacio, a uno de los lados del puente, forman parte de la estampa clásica del pueblo. Al otro extremo está la Iglesia de San Pelayo, de origen románico pero muy modificada en épocas posteriores. Sobre su portada hay un relieve bastante peculiar que muestra, con figuras muy esquemáticas, la lucha de un guerrero y una gran serpiente.
También en el ojo sobre el Nela se halla la Cueva del Santo, otro de los puntos interesantes de la localidad porque es el lugar donde, hasta hace aproximadamente un siglo, la antigua Junta de Puentedey se reunía para discutir sus asuntos.