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Fortaleza de San Paio de Narla

Se tiene constancia documental de que en el siglo XIV ya existía la fortaleza de San Paio de Narla, y parece probable que su construcción se remontase al XIII, o incluso al XII. Pero cuando esos tiempos medievales se acercaban a su fin, una grave situación social generada por el hambre, las pestes y el despótico comportamiento de los linajes poderosos, acabó desembocando en la gran Revuelta Irmandiña.

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La playa y la historia

Que Barreiros empieza por sus kilométricas playas de arena blanca es algo que nadie pondría en duda. Pero esta costa no solo se trata de mar y de sol; también guarda vestigios del pasado lejano, como la Pena de Altar en la playa del mismo nombre. Se cree que en esta formación rocosa, plantada en el centro del arenal y accesible en bajamar, se hacían sacrificios y ofrendas a los antiguos dioses.

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Necrópolis de San Vítor de Barxacova

Dominando el valle del Mao y próximo a la desembocadura de las aguas de ese río en el Sil, se encuentra uno de los enclaves más singulares de toda la Ribeira Sacra. Se trata de la necrópolis de San Vítor de Barxacova, un extraordinario conjunto de tumbas antropomorfas excavadas en la roca que data de la Alta Edad Media. Su verdadera dimensión, sin embargo, solo pudo intuirse tras el comienzo de los trabajos arqueológicos en el año 2010.

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Great Ocean Road

Una de las carreteras más bonitas del mundo. Eso es lo que suele decirse de la Great Ocean Road, una ruta de casi 250 kilómetros que recorre parte de la costa de Australia atravesando parajes de impactante belleza entre acantilados, pueblos pintorescos, bosques venerables y paraísos del surf.

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Merindad de Sotocueva

Son varios los motivos que hacen de la Ermita de San Bernabé un lugar particularmente impresionante. El primero es el paraje en el que se encuentra, pues la cueva que aloja al santuario no es sino una pequeña parte del enorme complejo kárstico de Ojo Guareña. 

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Balcones de Madrid

El peculiar relieve de la Ribeira Sacra está cuajado de miradores con vistas soberbias, pero seguramente el más popular de todos sea el conocido como Balcones de Madrid, en las cercanías del pueblo de Parada de Sil. Además de una espectacular panorámica sobre las enormes paredes del cañón, tiene una curiosa historia que explica el porqué de su nombre.

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Arde Lvcvs

Corría el año 14 antes de Cristo y el culto a Augusto, primer emperador de Roma, llegaba a todos los rincones del imperio. En la remota Gallaecia, un asentamiento militar daba origen a la fundación de una nueva ciudad dedicada al imperator, y así quedaba sellado el pacto entre el divino gobernante y los pobladores galaicos.

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Castillo de Castro Caldelas

En la Ribeira Sacra abundan las iglesias, los monasterios y las ermitas, pero no los castillos. La soberbia fortificación que domina la villa de Castro Caldelas resulta casi una rareza en la zona.

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Pena do Castelo

Algo tiene de sobrenatural la vista del valle del Sil desde el mirador de Pena do Castelo. No se puede decir que a la Ribeira Sacra le falten enclaves con panorámicas asombrosas, pero este, encaramado a la inmensa mole de roca conocida como O Castelo, es realmente singular.

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O Valadouro

Casi se diría que todo el mundo ha pasado por O Valadouro: pobladores del Paleolítico, constructores de dólmenes, castrexos, Roma, bretones huidos de la isla hacia el sur y personajes medievales de toda clase y condición. Así que las huellas de unos y de otros están salpicadas por el territorio de un municipio que cuenta, además, con una orografía particular.

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Trabada: el verdor del bosque de Ribera

La población de Tabulata aparece ya citada en el Diploma del Rey Silo, del año 775. En él se da cuenta de un territorio que el soberano dona para la construcción de un monasterio, y se menciona el menhir del Marco da Pena Verde, que entonces ya llevaba largos siglos señalando un cruce de caminos.

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Xove: acantilados y leyendas

Al hablar sobre lugares que vale la pena visitar resulta difícil no caer, de vez en cuando, en la exageración. Pero la costa de Xove es uno de esos espectáculos que de verdad merecen adjetivos como impresionante o grandioso. El propio nombre del municipio, posiblemente relacionado con Júpiter, parece recordar que estos son paisajes dignos de los mismos dioses.

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Segóbriga

Siempre resulta impresionante caminar entre los vestigios de lo que un día fue el colosal imperio romano, y las ruinas de Segóbriga, en la provincia de Cuenca, ofrecen una soberbia oportunidad para hacerlo. Aquí se asentó una antiquísima población de origen celtíbero que, una vez romanizada, conoció el esplendor durante los siglos I y II de nuestra era.

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Palas de Rei: el rastro de la vieja nobleza

En la muy literaria y evocadora comarca de Ulloa se encuentra Palas de Rei, cuya historia, hasta donde conocemos, empieza con dólmenes y castros y continúa junto a la vía romana que conducía a Lucus Augusti. Más tarde, en el Medievo, los visitantes comenzaron a llegar por la ruta xacobea, y por ella entró también el románico para darle a la cristiandad una nueva identidad labrada en piedra.

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Becerreá: donde empiezan los Ancares

Becerreá es uno de los municipios que se reparten las sierras y los valles de Os Ancares. A lo largo y ancho de su territorio hay iglesias y casas-torre, pallozas y molinos, restos arqueológicos y estimulantes historias. Y por supuesto, caminos que recorren el verde y la bruma de la bella montaña lucense.