Solo un poco después de la edificación de San Lorenzo, cuando empezaba el siglo XIII, los monjes templarios levantaron San Salvador de los Caballeros, otra de las joyas del Toro medieval que hoy alberga un interesante museo de arte sacro. También fue una orden militar, esta vez la de los Caballeros del Santo Sepulcro, la que promovió la construcción del templo homónimo. Es esta una iglesia de vida muy accidentada, llena de obras, reformas y avatares que cambiaron por completo su aspecto original del siglo XII y redujeron en gran medida su patrimonio mueble. Incluso su torre ha llegado desmochada hasta nuestros días.