LOS TESOROS DE LA COLEGIATA

TORO

Zamora

La colegiata de Santa María la Mayor suma a su espléndida arquitectura románica las valiosas piezas de escultura y pintura que el transcurso de los siglos ha ido dejando entre sus muros.

Interior de la colegiata de Santa María © viamagicae

El interior de un edificio como este, concebido por maestros del románico, debía estar a la altura de su monumental aspecto externo y de su espectacular Portada de la Majestad. Y lo está, no hay duda. Bajo las bóvedas del templo se guarda un rico patrimonio artístico compuesto de retablos, esculturas de mérito y otras obras notables que dan una idea del peso histórico de Santa María.

En la capilla mayor se encuentra uno de los retablos acompañando a los sepulcros góticos alojados en los muros. Aquí fueron sepultados algunos miembros de la familia Fonseca, un linaje poderoso e influyente durante el Renacimiento que algunos estudiosos ponen en relación con una de las obras más singulares de la colegiata: el cuadro llamado ‘La Virgen de la mosca’.

‘La Virgen de la mosca’ © viamagicae

La pintura es, en cualquier caso, uno de los focos de atención en la visita al templo, como lo es el valioso calvario del siglo XVII hecho en carey y marfil que, al parecer, perteneció a un descendiente de Cristóbal Colón. Por lo demás, los siglos no solo trajeron numerosas piezas al interior de la colegiata; también sacaron otras que ciertas tendencias estéticas (en particular del XVIII) hicieron considerar obsoletas o poco agradables a la vista.

Calvario del siglo XVII © viamagicae

Esculturas en las pilastras: Anunciación, arcángel Gabriel, San Juan Evangelista y Santiago Peregrino © viamagicae

No fue el caso, naturalmente, de las esculturas policromadas en las pilastras de las naves, que merecen ser contempladas con toda la calma del mundo. Una calma que también será útil para apreciar las diferencias entre las dos fases constructivas de la colegiata; una dirigida por un maestro de atrevidas ideas que prefirió la piedra grisácea, y la otra al mando de alguien menos innovador que se inclinó por el tono rojizo de la arenisca.

Sepulcros de María de Ulloa y su esposo, Juan Rodríguez de Fonseca © viamagicae

San Blas relicario, libro, retablo de San Julián © viamagicae