Largos años de trabajos de restauración fueron necesarios para sacar a la luz los verdaderos colores de esta obra extraordinaria. La puerta occidental de la colegiata de Santa María la Mayor de Toro fue concebida con la ya agonizante mentalidad románica y ejecutada con técnica y estética del novedoso gótico, a finales del siglo XIII. Así, a caballo entre un estilo y otro, se creó un pórtico cuyo centro ocupa la Virgen, que aparece viva en el parteluz, muerta en el dintel y coronada en el tímpano, y que hace honor a la devoción por la figura mariana propia de aquellas épocas.
La imagen de María en el parteluz está flanqueada por ángeles, reyes y profetas, y la del tímpano queda envuelta en siete arquivoltas cuajadas de esculturas de apóstoles, mártires, vírgenes y músicos. En lo más alto de la séptima arquivolta está la figura de Cristo, presidiendo el Juicio Final y rematando un conjunto que resulta de una belleza sobrecogedora aún desconociendo su significado y su voluntad de trascender.