La pequeña población de Wamba tiene al menos dos peculiaridades: su nombre y su iglesia. El topónimo, único que empieza por W en todo el territorio español, proviene de su remoto pasado visigodo. Se cree que fue aquí donde murió el monarca Recesvinto, en el año 672, y donde el ya anciano Wamba fue elegido para sucederle. En honor a este último, la vieja villa de Gérticos cambió su nombre por el que había de llegar a nuestros días.
Por delante quedaban la decadencia, la invasión musulmana, la mezcla cultural, la reconquista cristiana, la repoblación del territorio y algunas cosas más. Sobre los restos del templo que los visigodos habían levantado, se erigió en el siglo X un monasterio cuya iglesia empezó siendo mozárabe y acabó siendo románica. Por eso en su interior conviven, todavía, arcos de herradura y magníficos sillares encajados hacia el siglo XII, cuando todo pasó a manos de los caballeros hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén.